La osadía de controlar el fuego, fuerza de la naturaleza potencialmente destructiva, hizo de nosotros, los humanos, la especie con más poder de adaptación. Al reducir su peligrosidad y convertirlo en un recurso a nuestra disposición obtuvimos una fuente de calor y confort inigualable. Con él iluminamos la noche, penetramos en las cuevas profundas, transformamos químicamente nuestros alimentos, moldeamos duros metales, alejamos a las fieras y desentrañamos los misterios de la vida al conversar alrededor de una hoguera. Conversación tras conversación nos atrevimos a soñar en mundos alternos, mejores que en el que vivíamos, y nos pusimos de acuerdo en las acciones necesarias para convertir muchos de esos sueños en contundentes realidades.
NUESTRO FUEGO INTERIOR
El fuego que llevamos dentro, nuestra fuente inagotable de energía, son nuestras pasiones. Las necesidades apremiantes, las sensaciones y emociones que las evidencian, son, como el fuego, fuerzas poderosas de la naturaleza que nos impulsan a sobrevivir, crecer y evolucionar. Como el fuego provocado por un rayo, pueden resultar hirientes y dañinas si no sabemos controlarlas. Si como la hoguera se mantienen encendidas y enmarcadas por un conjunto de piedras que las delimitan iluminarán nuestro camino, nos alejarán del peligro y nos impulsarán a logros sobrenaturales. Para que las pasiones no se desborden en una conversación comprometedora y generen un incendio necesitamos diseñar ese espacio conversacional de manera que la interacción resultante sea audaz, creativa y esperanzadora.
LOS CÍRCULOS DE PAZ
Los Círculos de Paz se inspiran en la tradición milenaria de reunirse en torno a una hoguera para componer al mundo. El espacio íntimo en medio de la noche propiciaba la cercanía, el calor reconfortante, la seguridad de estar protegido y a salvo de las fieras, soñando juntos en una vida mejor.
Convocar a un Círculo de Paz renueva la esperanza en que podremos discutir cualquier tema, por delicado o doloroso que sea y nos mantendremos en paz, aunque se avive la llama del miedo o el enojo, los celos o la envidia. Descifraremos el mensaje detrás de esos estados mentales y usaremos la energía liberada para construir entre todos mejores opciones.
El ambicioso anhelo de mantenernos en paz a pesar de los pesares nos dará el temple para resistir sin explotar. Nuestras pasiones serán la brújula que nos guiará por el laberinto hasta encontrar la salida.
CRISIS: RIESGO Y OPORTUNIDAD
Generalmente se nos invita al Círculo de Paz en medio de una crisis más o menos controlada. Estar conscientes de los riesgos que todo cambio implica y de las oportunidades que se abren en medio del caos imperante nos dará el ánimo para participar con valentía, optimismo y buena voluntad en esta tarea humana tan noble y bella: hablar para ser escuchados; escuchar para entender; colaborar para ir más allá de nosotros y más allá del aquí y ahora. Conversar para trascender.
Conversemos pues con el más alto nivel de compromiso, sabiendo de antemano que lo que de esta reunión resulte beneficiará a nuestras familias y nuestra comunidad entera.
Juguemos el juego más apasionante de la humanidad: tengamos la osadía de soñar juntos al conversar y comprometernos a hacer luego lo necesario para convertir nuestros sueños en realidad.