Acceso a la información

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Día Internacional del Derecho de Acceso Universal a la Información

   En su más reciente libro: CONSCIENTE (D. Siegel, 2020), el prestigioso psiquiatra y neurocientífico Daniel Siegel explica que la mente es el proceso por medio del cual regulamos el flujo de energía e información que necesitamos para sobrevivir, crecer y evolucionar, al relacionarnos con nuestro entorno físico y con los demás seres vivos de nuestro ecosistema. Partiendo de esta idea, entenderemos por qué, el acceso libre y universal a la información es un derecho humano tan importante como el derecho al aire limpio, al agua potable y a cualquier otro satisfactor que afirme nuestra vida. El libre flujo de información es, pues, un asunto de vital importancia.

La información energiza y dirige el comportamiento. Nuestro estilo de vida está determinado por la información que procesamos para generar los conocimientos con los que vivimos. Sabemos lo que sabemos hacer: nuestra manera de comunicarnos, coordinarnos, alimentarnos, cuidarnos, ayudarnos o perjudicarnos está condicionada por el tipo de información a que tenemos acceso y por la manera en que la procesamos. Seremos más competentes para vivir en la medida en que tengamos acceso a información de mejor calidad y la procesemos de la mejor manera.

   La intención de conmemorar el 28 de septiembre este derecho a informarnos hace evidente que, poder ejercerlo cabalmente, sigue siendo un desafío todavía por lograr, y que pagamos costos muy altos al vivir desinformados, o peor aún, manipulados por información oculta o información errónea maliciosamente difundida. En reciprocidad con esa iniciativa de la ONU, conversaremos acerca de este tema, apreciando la trascendencia que tiene la información que generamos como sociedad, pues dicha información es la fuente de todos aquellos significados que dan sentido a nuestra existencia.

   Ejercer nuestro derecho al libre acceso a la información implica adoptar una actitud enérgica, curiosa, activa, audaz; expresada mediante un comportamiento exploratorio controlado, sistemático y planificado, en el lugar y el tiempo oportunos, recabando datos con precisión y exactitud, teniendo acceso a diversas fuentes de información, sin perder de vista el objeto del conocimiento que estamos investigando. Esto nos permitirá construir percepciones más claras y diferenciadas de los fenómenos que deseamos comprender y sobre los que queremos influir.

   Sólo siendo observadores comprometidos y rigurosos de nuestra realidad podremos percibir los problemas que nos aquejan y definirlos con precisión y exactitud. Así distinguiremos los datos relevantes de los irrelevantes, concentrándonos en los primeros, relacionándolos de forma lógica, con un pensamiento crítico que nos permita establecer relaciones virtuales, creativas, con potencial de hacerse realidad y mejora nuestra vida.

   La conversación que mantendremos el lunes 28 de septiembre de 2020 a través de EXPERIENCIA LiBiUn está pensada como un espacio generativo de ideas y compromisos, aprovechando que nuestra individualidad y nuestras diferencias harán más diverso el abanico de posibilidades. La búsqueda, planificación y logro de objetivos específicos que surjan de ese espacio conversacional nos impulsará a vivir la aventura de internarnos en lo desconocido con un optimismo pedagógico: confiados en que aprenderemos lo necesario para adaptarnos a las nuevas circunstancias porque somos parte de una cultura de buenos pensadores; creadores de realidades complejas y ricas en posibilidades.

   Pensar es procesar información; la tarea de generarla, ordenarla, almacenarla, compartirla y usarla para resolver problemas específicos y enriquecer las opciones de vida de nuestra comunidad es una responsabilidad del más alto nivel. Se requiere el ejercicio de LiBiUn para cumplir con ella.

   ¡Vivamos y hagamos expansiva la EXPERIENCIA LiBiUn!

Camilo Sabag

 

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