RÚS – Retroalimentación Útil y Segura

Ejercicio poderoso y elegante de liderazgo como servicio a los demás

   Llamaremos retroalimentación útil y segura al proceso de compartir observaciones, juicios u opiniones con la intención de que esta información se convierta en conocimiento útil para aprender, mejorar el desempeño y los sentimientos involucrados en cualquier actividad individual o colectiva.

   La retroalimentación es indispensable porque gracias a ella aprendemos. Al constatar los efectos que tiene nuestra conducta sobre el entorno físico o social en el que queremos influir, nos damos cuenta si hicimos lo adecuado o no. Cuando obtenemos el efecto deseado, sabemos que hemos acertado y repetiremos dicho comportamiento para seguir obteniendo los efectos benéficos ya alcanzados. Sin embargo también crecemos y evolucionamos cuando descubrimos nuestros errores, los corregimos, aprendemos de ellos y finalmente, nos sentimos orgullosos por saber más o por un comportamiento ejemplar y el trabajo bien hecho.

   Brindar o recibir retroalimentación con la intención de mejorar el desempeño, aprender de los aciertos y errores, sentirnos orgullosos y contentos por el dominio adquirido, es una interacción humana de las más útiles y benéficas, pero al mismo tiempo, de las más desafiantes. Es además una herramienta fundamental para ejercer un liderazgo poderoso y elegante.

   Descubrir que los datos obtenidos no corresponden con los parámetros establecidos previamente, o que no hemos hecho bien las cosas; darnos cuenta de nuestras limitaciones, nuestro mal comportamiento y además, que sea otro el que nos lo muestra, puede hacernos sentir intensas emociones desagradables, como la vergüenza, la culpa, el enojo, la tristeza o el miedo. Si le agregamos a éste dolor la sensación de estar siendo humillados, despreciados o agredidos por esa persona que nos señala nuestro error –cuando esa persona no sabe dar una retroalimentación útil y segura o cuando nosotros no sabemos escucharla-, la situación se vuelve abrumadora, impidiéndonos pensar, corregir lo necesario y aprender.

    Aceptar con serenidad y curiosidad nuestros errores y crecer a partir de ellos es, sin duda, la reacción más responsable y lo que nos conviene. Para lograrlo, requerimos una retroalimentación valiente, amable, comprensiva, respetuosa oportuna y bien intencionada.

    Pero incluso aunque no cometamos errores, tener retroalimentación oportuna, útil y segura del resultado de nuestras acciones puede ayudarnos a mejorar nuestro desempeño, haciendo cada vez más sofisticada, efectiva y eficiente la conducta evaluada. Si nos habituamos a la retroalimentación adecuada estaremos viviendo un proceso de mejora continua.

     Dar y recibir retroalimentación adecuada es una ciencia y un arte. Requiere tener, ante todo, respeto por las personas involucradas en éste proceso. Ambas: quien da y quien recibe la retroalimentación, necesitan saber de manera explícita, que las buenas intenciones de ayudar, guiar y proteger son las que inspiran dicha interacción. Ambas partes necesitan mostrar empatía y respeto por sus sentimientos. Ambas necesitan además ser diestras en el manejo del lenguaje para comunicar con claridad, precisión y exactitud la información que se requiere.

    Dar y recibir retroalimentaciones útiles, respetuosas y oportunas nos convertirá en mejores personas que, con respeto y generosidad contribuiremos al crecimiento y bienestar de los demás. A continuación mostramos algunas ideas que pueden hacer más efectiva ésta tarea tan importante.

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Foto por Kelly Sikkema en Unsplash

CAPACIDAD DE RECIBIR RETROALIMENTACIÓN

    Así como es bueno y útil dar retroalimentación, es indispensable como complemento, que sepamos recibir la retroalimentación que otros nos puedan dar. Son esas personas bien intencionadas que nos retroalimentan quienes más pueden contribuir al autoconocimiento tan necesario para nuestro crecimiento.

    Escuchar lo que otros tienen que decirnos acerca de nuestros comportamientos y actitudes puede ser muy provechoso aún si – en el peor de los casos- lo que nos dicen está motivado por una mala intención de lastimarnos o descalificarnos. Nosotros somos los que podemos usar esa información y transformarla en conocimientos útiles para aprender y crecer. Resistir el ataque y la crítica mal intencionada de alguien, con inteligencia, elegancia y tranquilidad, nos convierte en mejores personas.

    ¿Deseas conocer más sobre nuestro modelo de retroalimentación RÚS?

   Envía un correo a: contacto@sabag.mx o un mensaje de WhatsApp al +52 477 393 0842

Camilo Sabag

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